
El mensaje es conciso, la tipografía revela cierto esmero y la redacción se puede considerar correcta, a falta quizá de un par de comas. El aviso incluye a cambio unas vistosas comillas tipográficas y no exige ningún acento, a diferencia de lo que ocurre en otros casos.
(El cartel se encuentra en la puerta del desvencijado refugio de Gabardito).