
El montañero de la imagen contemplaba la sierra de Andía desde la ermita-refugio de San Donato, recientemente restaurada. Cansado y descansado al mismo tiempo, no podía imaginar que el paisaje solitario y balsámico que se extendía a sus pies iba a convertirse dos semanas después en un efímero plató de cine gracias al empeño de la Film Comission de Navarra, apenas creada. El rodaje se llevó a cabo entre el jueves y el sábado de la semana pasada y servirá para que Alejandro González Iñárritu, responsable de películas como Amores perros o 21 gramos, ambiente algunas de las escenas de Biutiful, el título que le tiene ocupado estos días. No ha trascendido casi nada del argumento, pero ahora ya se sabe en algunas secuencias latirán los recuerdos, los sentimientos y la gratitud que tantos montañeros han ido acumulando en la cima de San Donato. Es una herencia enorme e invisible, quizá porque está hecha de anhelos y de sueños, como el cine.