
S en Peña Izaga: a veces las cumbres se quedan pequeñas.
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El buzón de Txorrotxarria (arriba, a la izquierda) tiene un diseño personalizado: sirve para guardar tarjetas, como casi todos los demás, pero no se parece a ningún objeto convencional. Al menos ha sobrevivido a los caballos que suelen pastar por los alrededores. La caseta metálica que saluda a los montañeros en la cumbre del Arlás (arriba, a la derecha) equilibra un horizonte siempre dominado por la pirámide inconfundible del Anie. En el Ekaitza (abajo, a la izquierda), una caseta similar vigila la regata del Bidasoa y la línea difusa del Cantábrico que se adivina al fondo. En Balerdi, un buzón con forma de tamboril recuerda a varios montañeros fallecidos.