A veces la niebla confunde los caminos: la ascensión resulta más dura y más incierta, surgen las dudas, los mapas pierden consistencia, los recuerdos se desdibujan, afloran las tensiones, las metas se tambalean, los pasos se desorientan y el frío es más húmedo y más penetrante.
(En la foto, H desciende preocupado de Lapaquiza. Al fondo, el bosque de Aztaparreta muestra fugazmente la ruta adecuada).
4 comentarios:
Muy chula.
Pues... qué placer de niebla la de la foto. A veces hay perder un poco el camino, asustarse un poco, desorientarse para retomar los pasos con más fuerza.
Saludos.
Tiene Ud. más razón que un santo, desde luego.
Cierto, a veces uno yerra el camino. La niebla le impide visualizar una senda clara. No hay que perder los nervios. Es fundamental. Y esperar a que salga de nuevo el sol para seguir el trazado correcto.
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