domingo, 14 de diciembre de 2008

Gracias



Ocurrió el 7 de diciembre a la una del mediodía. A la vez que G admiraba el paisaje invernal desde la antecima del Txamantxoia, S y los suyos buscaban por el fondo del valle la ruta del paraíso. No podían verse porque les separaban mil metros de altitud, pero hubo un momento en el que uno y otros estuvieron mirándose, sin saberlo, sin conocerse. Fue una coincidencia temporal y geográfica que se ha puesto de manifiesto a través de la blogosfera. Es también la excusa que necesitaba para dar las gracias a todos aquellos que en los últimos doce meses han establecido un enlace con este blog. El recorrido por las distintas direcciones permite además improvisar una interesante y ¿heterogénea? cordillera virtual. Ahí va la ruta, ordenada alfabéticamente:
(Es probable que haya ausencias: si alguien no se ha dado por aludido, que avise).

6 comentarios:

imunain dijo...

Gracias y preciosa metáfora. Qué cosas os pasan. Guay.

Sergio dijo...

Una de las cosas que más me gusta de la montaña es que si nos hubiéramos cruzado nos habríamos saludado, aun sin conocernos,(aunque ya te dije, que nos conocemos aunque no sepamos cómo somos).

jlo dijo...

Gracias a tí, J.

Lamia dijo...

Javier, gracias por acordarte de esta lamia que peina sus cabellos junto al Ebro y que suspira por los hayedos de Aralar.

eresfea dijo...

Gracias, qué trabajo tan elegante.

Corina Dávalos dijo...

Gracias a ti. Aprovecho para felicitarte por las fotos, tendrías que ir pensando en una exposición, con textos, claro...