jueves, 11 de noviembre de 2010
Caminos
Es importante saber a dónde conducen los caminos. Víctor Hugo lo ilustró muy bien en Los miserables: “Si el pastorcillo que servía de guía a Bulow, teniente de Blucher, le hubiese aconsejado que saliera por la selva encima de Frischemont, en vez de salir más abajo de Plancenoit, la forma del siglo XIX tal vez fuera distinta. Napoleón habría ganado la batalla de Waterloo. Por cualquier otro camino más arriba de Plancenoit, el ejército prusiano iba a salir a un barranco intransitable para la artillería, y Bulow no hubiera llegado”. Y después de describir el punto de inflexión que Waterloo introdujo en el devenir de la Humanidad, insiste: “Y se hicieron todas estas cosas, y estos reyes volvieron a subir a sus tronos, y el dueño de Europa fue encerrado en una jaula, y el antiguo régimen se convirtió en moderno, y toda la oscuridad y toda la luz de la Tierra cambiaron de sitio porque en la tarde de un día de verano un pastor dijo en un bosque a un prusiano: ‘Pasad por aquí y no por allí’”.
(La foto ilustra a un tiempo el espíritu y la letra de la cita: el letrero múltiple saluda al pie del Txangoa a los peregrinos que se dirigen a Roncesvalles a través del llamado camino de Napoleón)
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