miércoles, 26 de marzo de 2008

Una estatua en lo más alto

El 15 de agosto de 1952 tuvo lugar una de las epopeyas más entrañables del montañismo navarro. Se conmemoraba el 400º aniversario de la muerte de San Francisco Javier y varios socios del Club Deportivo Navarra alumbraron la idea de colocar una imagen del santo en el punto más alto de la Comunidad foral. La imagen se encargó al escultor Áureo Rebolé. Medía 2,10 metros y pesaba más de 200 kilos. Estuvo expuesta unos días en los jardines de Diputación y a finales de julio, seccionada en diez partes, se trasladó a Isaba en autobús de línea. La carretera terminaba entonces en la borda de Pedregón, al comienzo del valle de Belagua, y los encargados de montar la estatua iniciaron allí el ascenso hasta la cima de la Mesa de los Tres Reyes, a 2.434 metros de altitud. Llevaban herramientas, comida, cemento y tiendas de campaña. Las piezas de la imagen se subieron con ayuda de varios mulos, aunque uno de los animales tiró su carga a medio camino y otro se despeñó junto a la cueva de Anchomarro. “Era el que llevaba el vino”, solía lamentarse Áureo Rebolé, que también participó en la expedición. Ya en la cumbre, hizo falta casi una semana para reconstruir la figura. Obtenían el agua del ibón de Lhurs o de los neveros próximos. Una prolongada tormenta les obligó a estar dos días refugiados en una sima. El 15 de agosto, cuando todo estuvo listo, partió de Pamplona la gran expedición: cuatro autobuses de aficionados que llegaron el valle aún de noche. El grupo se puso en marcha a las cuatro de la madrugada. Los testigos recuerdan con emoción la larga hilera de linternas avanzando por el paisaje quebrado de Larra. El sacerdote Casimiro Saralegui celebró misa en la cima y bendijo la estatua. Nadie sospechaba que un rayo la haría pedazos muy poco después. La pequeña imagen de bronce que hoy preside la cumbre es una réplica de aquella y una herencia de tiempos magnánimos y quizá mejores.

6 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

Qué buena historia, Javi. Leí algunas parecidas sobre la cruz del Gorbea. En 1901 levantaron una de 33 metros y 33 centímetros, por la edad de Cristo, pero antes de un mes ya la había derribado una tormenta. En 1902 levantaron una de 23 metros, que también cayó. Y en 1907 fue la tercera y la vencida: la cruz de 17 metros que perdura hoy en día.

Parece que la costumbre de colocar cruces en las cumbres la impulsó a finales del XIX el papa León XIII, para fomentar la devoción al Cristo Redentor.

(Me temo que tendrás que poner un cepo antispam...).

Javier Marrodán dijo...

Gracias, Ander. Por el comentario, por la información y por el consejo. He activado la opción "palabra clave": a ver si de ese modo acabo con el spam.

eresfea dijo...

Hermosa cima y sabrosa historia.
¿Has subido hace poco? En el verano de 2006 estaba la estatua de Javier inclinada, la base había cedido...
Te envío la imagen al correo electrónico.
Abrazo.

Javier Marrodán dijo...

Estuve el verano pasado, en agosto, y seguía inclinada. La piedra en la que está anclada no parece fácilde mover. Podemos organizar una expedición a la antigua usanza cuando vuelvas. Sin mulos,eso sí.

Anónimo dijo...

Historión.
Necesita una doble página...

jlo dijo...

La foto me resulta familiar. ¡Y observo que la estatua original no era lo único que estaba seccionado en diez partes!