miércoles, 5 de marzo de 2008

La tumba del aviador inglés

El 11 de noviembre de 1943, Donald Cecil Broadbent Walker cruzó el Canal de la Mancha a los mandos de su Mosquito con la misión de fotografiar objetivos militares en el sur de Francia, entonces ocupado por los alemanes. Mientras se dirigía al continente, el joven piloto quizá pensó en sus padres, en su hermano John David, en sus 28 años, en el futuro de Europa, en los planes que sin duda albergaría para después de la guerra. A.M. Crow viajaba con él como copiloto. Puede que intercambiaran algunas frases, que admirasen un paisaje, que rezasen, que se desearan suerte. Lo cierto es que el aparato fue alcanzado por la artillería antiaérea nazi. Pusieron rumbo a España y lograron atravesar los Pirineos. El copiloto saltó en paracaídas y cayó cerca de Sos del Rey Católico, pero Donald no pudo abandonar la cabina y se estrelló en el monte Verduces. Los vecinos de Peña salían de misa en ese momento -estaban celebrando a su patrón, San Martín de Tours- y asistieron asombrados al desenlace. Algunos corrieron al lugar del accidente, pero no pudieron hacer nada por el piloto. Horas después lo enterraron en el pequeño cementerio de la localidad, que se encontraba y se encuentra junto a la cima del monte Peña. Con los años, los vecinos fueron abandonando el pueblo. Hoy es apenas un conjunto de casas arruinadas que se aferran a una ladera rocosa, a 1.070 metros de altitud. Hace años que nadie vive allí, aunque se han restaurado la iglesia y una casa. Un estrecho camino de montaña conduce al viejo cementerio, oculto por la vegetación. En su interior conviven algunas estelas, varias losas con las letras desdibujadas, un par de crucifijos oxidados y una lápida escrita en inglés: la del piloto Donald Cecil Broadbent Walker. Es la que aparece en la esquina inferior de la imagen. Todos los años, el 1 de noviembre, los montañeros de Sangüesa la adornan con unas flores.

5 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

Qué gran historia. Tengo una espina clavada con ella. Me pusiste en la pista, hice varias llamadas a Sangüesa pero las prisas no me dejaron seguir. Y ahí quedó un reportaje fantasma. Ya sé por qué no prosperó: porque ese reportaje lo tienes que escribir tú.

eresfea dijo...

Me inclino ante los montañeros de Sangüesa. Ésos son los fieles...

Un comentario algo fuera de lugar. Ezequiel, un amigo navarrorró (los muy navarros), me asegura desde siempre (y como es tan navarro yo no dudo de su seguridad) que San Martín de Tours es el santo con más iglesias en Francia.

Anónimo dijo...

hola JMC
conocía la tumba del aviador de Peña y había tratado inútilmente de conocer la historia infructuosamente, así que no sabes cuánto te agradezco que

Anónimo dijo...

hola JMC
conocía la tumba del aviador de Peña y había tratado inútilmente de conocer la historia , así que no sabes cuánto te agradezco haber encontrado tu blog, te agradecería si me dijeras dónde y cómo la has documentado, mi correo es: santiles@terra.es
un saludo y gracias

Anónimo dijo...

Acabo de regresar de ese monte y me he sentado en el ordenador ávido de conocer la historia de este piloto británico. Tras varios intentos en Google, he encontrado por fin este fantástico y apasionante relato del comandante Walker. Muchísimas gracias por su publicación
Un Saludo
Joaquín, Pamplona