sábado, 8 de noviembre de 2008
Un silencio incontaminado
Ukerdi es un lugar totalmente incontaminado, un ejemplo real de cómo sería un bosque que nunca hubiera sufrido la presión del género humano o del ganado. Se encuentra en el corazón de Larra, en el Pirineo, y es una de las tres reservas integrales que el Gobierno de Navarra declaró en 1987 y que son, teóricamente, los espacios mejor conservados de la Comunidad Foral. Las otras dos son el bosque de Aztaparreta, un hayedo abetal que rodea la proa majestuosa del Txamantxoia, y Lizardoya, un reducto de la selva del Irati que, según cuentan, se salvó de sucesivas explotaciones forestales gracias al empeño de Víctor Torres, un antiguo ingeniero de Montes de Diputación. Ukerdi, que suma 322,5 hectáreas de relieve intrincado y desigual, tiene un acceso difícil, algo que seguramente ha contribuido a su singularidad. El único camino que lo recorre es la vieja senda que conduce a la Mesa de los Tres Reyes a través del collado de Larrería. Hayas de todas las edades y tamaños envuelven al caminante. El suelo está sembrado de troncos viejos y retorcidos, y también de arbustos novedosos y variados que sirven de refugio a los últimos urogallos. Pero quizá lo más llamativo es el silencio: es un silencio antiguo, distinto, imponente y acogedor a un tiempo, un silencio intacto, el último silencio virgen.
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4 comentarios:
"Un silencio antiguo". Genial, daría para titular una novela.
El último silencio virgen ...
Si no te importa, voy a enlazar desde mi página tu entrada. Me encantan los bosques de hayas y me has dado un motivo para volver a casa y visitarlo.
Iré.
preciosa escultura rodeada de ese silencio antiguo, cubierta de hojarasca,escondida en algún olvidado recodo del camino...
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