martes, 19 de agosto de 2008

Fagus sylvatica


Tiene algo del olmo viejo de Antonio Machado y del ciprés enhiesto de Gerardo Diego. Y hasta se le puede descubrir algún paralelismo con el insólito Pinus nigra que ha cautivado el objetivo de G. Es un haya: nada que ver, por tanto, con “los álamos cantores que guardan el camino y la ribera”, aunque también se encuentra junto a una senda y alegra la marcha de los montañeros que se dirigen hacia el paso de Tacheras. Es un ejemplar solitario y arriesgado, casi un “prodigio isleño”, y “las lluvias de abril y el sol de mayo” renuevan todos los años el aspecto frondoso y acogedor que exhibe en la fotografía. No lo habitan “pardos ruiseñores”, pero a veces los sarrios buscan de puntillas el abrigo oscuro de su sombra. Y al descubrirlo —“señero, dulce, firme”— al pie del imponente murallón de los Alanos, quizá algunos “peregrinos” de “alma sin dueño” han sido alcanzados por una “saeta de esperanza” y han sentido “ansiedades” y “delirios verticales” “hacia la luz y hacia la vida”. Por eso, “antes de que lo descuaje un torbellino”, antes de que una insensible iniciativa urbanística se lo lleve por delante, este blog le rinde el homenaje de cuantos se han alegrado con su presencia y hoy lo recuerdan con nostalgia, como ocurría con aquellos robles de Carballedo que iluminaron la infancia de Miguel d’Ors: “Entonces no eran más que robles y hoy son una parte de mi melancolía”.

4 comentarios:

jlo dijo...

Todos deberíamos tener un árbol favorito. Espero que al tuyo no lo descuaje ningún torbellino.

Gracias de parte del Fukinagashi.

eresfea dijo...

Me encantan esos árboles señeros o testigos... Hay un roble al pie de un camino de las Malloas que visitaremos un día cercano.
Abrazo

Anónimo dijo...

Me uno a tu homenaje a las hayas. Mi arroyo discurre por en medio del hayedo de Aralar.

jefoce dijo...

Sí señor, la haya conocida por todos camino del corredor de Tacheras. Una puntualización: se dice sierra de Alano, y no Alanos. Todos decimos Alanos, y se está empezando a desvirtuar. Y sigo navegando en tu blog...