viernes, 15 de febrero de 2008
El pueblo de un torero
Las ruinas de Muguetajarra se esconden en la ladera más umbría y discreta de Peña Izaga. Se puede acceder al despoblado por la pista que nace en Urbicáin y atraviesa la finca forestal de Izánoz, o por la que procede de Celigüeta y Guerguitiáin. Es imposible sospechar que entre los muros colonizados por la hiedra, quizá en alguna de las casas aún enteras que sirven de ocasional refugio al ganado, nació en 1910 un torero que tiene entrada propia en el Cossío. Se llamaba Miguel Olza, pero se incorporó a los carteles con el sobrenombre de Vaquerín. Toreó su primera corrida en Talamanca de la Sierra (Madrid) en 1924 y trasteó después con más entusiasmo que estilo en varias plazas de tercera, hasta que un toro lo empitonó mortalmente en Calasparra (Murcia), el 30 de julio de 1931. Su trágica muerte no impidió que la enciclopedia taurina resumiera su trayectoria en términos que quizá se ajusten a lo que hubo, pero que hoy se antojan crueles: "Aunque murió muy joven, sus condiciones y su estilo no auguraban, ni mucho menos, una gran figura".
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4 comentarios:
Pocas veces me he alegrado tanto con el estreno de un blog. ¡Qué gran noticia, Javitxu!
¡Y qué buena pinta tiene! Te leeré y te recomendaré con entusiasmo.
De ti no se podrá decir lo de ese pobre torerillo. Tu caso es justo el contrario: tus condiciones y tu estilo auguran una gran figura... y ya no puedes morir muy joven. Aupa!
Nunca pensé que entre tanto aluvión de blogs pudiera encontrar uno que hable de monte aunando el espíritu mendigoizale de un navarro con la documentación y calidad literaria.
Humildemente, me atrevo a añadir un dato a este texto al que, por otra parte, no le sobra ni una coma. Es sobre Urbicáin. ¡Ojo al perro!
Saludos
Holé!
¡Ay, Vaquerín! sobre las ruinas de su casa el recuerdo ruin de la enciclopedia...
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