lunes, 30 de agosto de 2010

Miscelánea postal (4)



En la cima del Beoain, un recipiente de colores llamativos protege las tarjetas de los montañeros del viento cortante que barre las Malloas. En el Mendieder, el buzón es apenas un cilindro metálico escondido entre la hierba. El del Iramendi se encuentra en un pequeño claro del hayedo que cubre la cima. El del Achar de Alano pone a prueba su vértigo en las imponentes paredes del entorno.

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