sábado, 2 de mayo de 2009

Autobiografía incompleta



Dicen que los anillos de un árbol contienen información muy precisa sobre algunos detalles de su existencia: la edad, los años de sequía, la intensidad de las lluvias, las épocas de luz, las de sombra, las plagas y hasta las podas. Sin embargo, esa autobiografía escrita en espiral omite siempre los aspectos que realmente merecen la pena: los acordes que arrancó a la ventista, los colores que brindó al otoño, los esfuerzos que alivió con su sombra, los versos que inspiró con su presencia.

3 comentarios:

Sergio dijo...

Quizás es que haya que aprender a leer entre líneas, o entre anillos como es tu caso.

Anónimo dijo...

Joé, qué sencillo y breve pero qué bonito.

Yo por desgracia no entiendo de árboles, quiero decir que hay muchos que no distingo. Eso sí, cada vez les doy más importancia. Qué bonito es descubrir un gran árbol en medio de la nada, resistiendo.

Nahum dijo...

Javi: qué texto tan breve y bello.

Aplaudo.

En cosas así se explica el amor de los montañeros.

Gracias.