“Mucha gente prefiere el campo en primavera, pero yo creo que nunca está tan bonito como en los primeros días del otoño o bajo los fríos del invierno. Los árboles desnudos, cubiertas de liquen sus ramas quebradizas, pierden su aspecto imponente y parecen seres frágiles a los que cualquiera podría hacer daño. Y el frío, que resulta incómodo, nos ayuda sin embargo a regresar a nosotros mismos, a buscar en nuestro interior una particular intimidad”.
(Marta Rivera de la Cruz, En tiempo de prodigios. Los árboles desnudos e invernales de la imagen se encuentran entre el Gartzaga y el Okolin, a la espera de algún montañero reflexivo)
1 comentario:
Mmmmh... ¿eran de cristal?
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