lunes, 27 de octubre de 2008

Hayas en el Arnazu



Otra de las ventajas del otoño es que casi siempre invita a mirar al cielo.

sábado, 25 de octubre de 2008

Viajes (des)humanizados



Las autovías y variantes han deshumanizado los viajes en coche: ya no hay curvas inesperadas, ni travesías risueñas, ni comercios improbables, ni mercadillos sorpresivos con puestos de alpargatas o pimientos, ni carteles civilizadamente incorrectos, ni miradas o voces que añadan al viaje la compañía aunque sea efímera de otras personas: ya no hay vida en el paisaje que avanza fugazmente al otro lado del parabrisas. Se agradece por tanto que la nueva carretera que rodea la Foz de Arbayún haya rescatado las ruinas de Iso, el pueblo abandonado que da nombre al puerto. Mientras haya ruinas, hay esperanza. Quizá algún día hasta vuelva a salir humo de la chimenea vieja y señorial que ahora saluda a los conductores.

Otoño



I avanza por el interior de Ukerdi hacia el corazón del otoño.

martes, 14 de octubre de 2008

¿Moras con precio?



Las moras de la fotografía se encontraban cerca de la cima del Calveira, en el valle del Roncal. Había muchas: algunas estaban muy maduras y otras esperaban el último golpe de sol de un verano ya vencido. Las matas se sucedían alborotadamente junto a la recia pista que asciende desde Garde. Hasta hace un año, cualquiera podía subir por esa pista en su vehículo, pero hoy es necesario pagar un peaje para circular en coche por los caminos del valle. Es una variante más de la fórmula que puso en marcha el ayuntamiento de la Ultzama, donde los aficionados a las setas deben abonar cinco euros diarios antes de echarse al monte con la cesta. En ambos casos, únicamente se cobra a los forasteros. Es posible que las dos iniciativas sean sólo el prólogo de una nueva modalidad, y que dentro de un tiempo haya que pagar una cuota para recoger castañas, pacharanes, musgo o boñigas, para asomarse al interior de un hayedo-abetal o para acercarse a las ruinas de un pueblo abandonado. Hasta podría ser que se pusieran tarifas en las distintas cumbres de la geografía foral, con bonos y descuentos para primerizos y jubilados. Una actividad tan entrañable e inofensiva como ir a coger moras acabará teniendo peligrosas consecuencias financieras. Quizá hasta les pongan un código de barras, para amarrar.

sábado, 4 de octubre de 2008

La magia del regreso



El regreso tiene su propia magia: las fuerzas flaquean, se alargan las sombras y las conversaciones, los caminos se iluminan con una luz distinta, empiezan a perfilarse los recuerdos, el corazón se ensancha y la felicidad casi se toca con los dedos. Es una razón más para afrontar los rigores y las rampas del ascenso. La pareja de la imagen caminaba hacia el refugio de Linza después de haber coronado la Mesa de los Tres Reyes. Todo el paisaje parecía haberse conjurado para despedirles.

Paisaje y memoria



"El paisaje es memoria. Más allá de sus límites, el paisaje sostiene las huellas del pasado, reconstruye recuerdos, proyecta en la mirada las sombras de otro tiempo que sólo existe ya como reflejo de sí mismo en la memoria del viajero o del que, simplemente, sigue fiel a ese paisaje. Para el hombre romántico, el paisaje es, además, la fuente originaria y principal de la melancolía".

(Julio Llamazares, El río del olvido. En la imagen, G desciende del Baracea a través de un paisaje que hoy, dos meses después, quizá aliente ya sus melancolías)